Todo lo que necesitas saber sobre los cristales de tu coche: parabrisas, lunas y tecnología

Los cristales de los vehículos, especialmente el del parabrisas, desempeñan un papel clave en la seguridad y comodidad al volante. Aunque a menudo usamos los términos "lunas" y "parabrisas" de forma indistinta, hay diferencias importantes entre ellos, tanto en su función como en los materiales con los que están fabricados. En este artículo te contamos por qué son diferentes, cómo funcionan las tecnologías asociadas y por qué es crucial mantenerlos en buen estado.

Diferencias entre parabrisas y lunas

El parabrisas o luna delantera es diferente del resto de los cristales del coche por una razón fundamental: la seguridad. Está diseñado para ser más resistente, ya que es el cristal que protege directamente nuestra visión y desempeña un papel estructural en caso de accidente. Para lograr esta resistencia extra, el parabrisas está hecho de cristal laminado, mientras que la mayoría de las lunas laterales y traseras suelen ser de cristal templado.

• Cristal laminado. Está formado por dos capas de cristal unidas por una lámina flexible que evita que los fragmentos se desprendan tras un impacto. Este material permite que los parabrisas puedan repararse en caso de daños pequeños, algo que no ocurre con el cristal templado.
• Cristal templado. Está tratado para ser más resistente que el vidrio común, y se rompe en pequeños fragmentos menos peligrosos. Es más común en lunas traseras y ventanillas.

La diferencia en los materiales influye directamente en la reparación. Mientras que un parabrisas laminado puede repararse si el daño es menor, recuperando así su resistencia ante cualquier impacto que lo pueda dañar, las lunas de cristal templado suelen requerir sustitución completa. 

El parabrisas: más que un simple cristal

Además de protegernos del viento y los impactos de piedras u objetos, el parabrisas cumple otras funciones esenciales para la seguridad y comodidad:

• Estructura del vehículo. En caso de accidente, el parabrisas ayuda a mantener la resistencia estructural del coche, especialmente en volcaduras.
• Protección UV. Bloquea alrededor del 90% de la radiación ultravioleta, gracias a una capa especial de vinilo que no tienen otros cristales del coche.
• Soporte para tecnologías inteligentes. Los modelos más recientes de parabrisas incorporan cámaras y sensores que activan los limpiaparabrisas, detectan la luz ambiental o incluso funcionan con sistemas ADAS.
• Parabrisas térmico: En invierno, algunos parabrisas incluyen un sistema de calefacción que derrite el hielo y mejora la visibilidad sin necesidad de usar rasquetas o líquidos descongelantes.
• Relación con el airbag: El parabrisas actúa como soporte para el airbag en caso de impacto, asegurando que funcione correctamente y no salga despedido.

Lunas traseras térmicas: visibilidad y seguridad en invierno

Las lunas traseras térmicas son un elemento obligatorio en los coches actuales. Estas lunas funcionan gracias a un sistema de líneas horizontales que calientan el cristal con un voltaje bajo, evitando que se empañe por la humedad o se congele en días fríos.

• Mantenimiento. Aunque son resistentes y requieren poco cuidado, el circuito puede dañarse si se cargan objetos en el maletero que rocen el cristal, o por una limpieza agresiva.
• Soluciones en caso de fallo. Si notas que tu luna trasera térmica no funciona (si se empaña con facilidad, por ejemplo), lo más probable es que el circuito esté dañado. Aunque reparar los filamentos térmicos no es posible, la mejor solución es acudir a un taller para asesorarte sobre la sustitución de la luna.

La evolución de los cristales en los coches

Hoy en día, gracias a los avances en seguridad y tecnología, los cristales de los coches no solo protegen, sino que también mejoran la experiencia al volante. Desde los parabrisas laminados hasta las lunas térmicas y los sensores inteligentes, cada componente está diseñado para garantizar la seguridad y comodidad de los pasajeros.

Somos expertos en reparación y sustitución de lunas

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